Para sentarse a contemplar el jardín o para descansar y meditar no hay nada como un banco. No es el mueble más cómodo, con toda seguridad, pero es un elemento tan tradicional en los jardines públicos que ha trascendido su utilidad hasta convertirse en un objeto decorativo. Además no hay que preocuparse por si recibe demasiado sol o si tiene que soportar las inclemencias del invierno, él siempre estará ahí dispuesto a prestarnos apoyo cuando lo necesitemos.
Cuando vamos a elegir el mejor banco para nuestro jardín podemos optar por diversos materiales. El hierro forjado tal vez sea uno de los más clásicos y desde luego podemos asegurar que es duradero no sino prácticamente indestructible. Y como vemos aquí en este jardín de diseño francés un banco clásico de hierro forjado es casi una escultura.
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