Siempre solemos cometer el mismo pecado con las estanterías; instalamos una estantería en una habitación para tratar de organizarla y poder tener libros y demás objetos en orden, pero con el tiempo caemos en la saturación. La estantería acaba repleta de libros y objetos, puede ser práctico pero muchas veces queda horrible. Una estantería ordenada y con elementos decorativos más un poco de aire queda mucho mejor. Claro que el problema, fundamentalmente, es crear ese aire, ese vacío imprescindible para que la estantería sea atractiva. Os presentamos unos ejemplos de estanterías bellamente dispuestas, estanterías que ya han pasado de mero elemento organizador a objeto decorativo.
Los accesorios que colocamos en los estantes no han de estar distribuidos de una forma simétrica, todos iguales, al contrario hemos de mezclar formas y tamaños. Hemos de tener en cuenta que los huecos de una estantería ya suelen ser iguales, si colocamos objetos del mismo tamaño y forma en cada estante no tenemos contraste y es muy monótono.
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