Cuando encontró lo que buscaba, una casa con tres habitaciones y patio, Gabriela sabía que ahí no acababan las dificultades. Al contrario, había que reformar toda la casa y vencer para ello toda una serie de dificultades. La primera era que la parcela era muy estrecha, 6×25 metros, además contaba con una pendiente del terreno muy pronunciada, en torno al 22%, lo que representaba 2.80 metros de desnivel desde la parte trasera de la casa a la parte delantera.

Si no eran suficientes estas dificultades, se añadía el hecho de que por un lado la casa está adosada a la colindante y por la otra hay un pequeño espacio libre pero el muro que la separa de la casa vecina mide 6 metros de altura. Con todas estas premisas tuvo que trabajar el cuñado de Gabriela y arquitecto Gil Mello que junto a sus asociadas Fernanda Neiva y Fernanda Palmieri se encargaron de la reforma de la casa.

Gabriela tenía claro desde el principio que quería que su casa tuviese un color llamativo en su fachada y así acabó eligiendo ese rojo intenso que la recubre. Para la descomunal pared medianera se decidió crear un jardín vertical que la vistiera y disimulara, al tiempo que se conseguía que las ventanas de la casa tuvieran mejores vistas que el puro cemento.

Aquí se aprecia las vistas de que disfruta el salón, las ventanas se bajaron hasta sólo 60 cm. del suelo y junto a los marcos de las ventanas, la puerta y el suelo en madera se consiguió una mayor integración con el jardín vertical. Con todo ello se consigue que el salón produzca la sensación de mayor amplitud.

En la cocina Gabriela decidió sobre la marcha que quería una pared en ladrillo desnudo, ahora decorado con motivos vintage queda muy bien. La mesa, las sillas y los taburetes y el suelo contribuyen a darle a esta cocina un sabor claramente retro.

Vía: casa

Te puede interesar:

Ver comentarios