En Almere, Holanda, se pusieron al alcance de la población una serie de parcelas para que la gente pudiera construir sus propias casas. Las especificaciones sobre el tamaño de la construcción eran bastante comedidas. Así había de realizarse una construcción de no más de 3.7 metros de altura y una planta de 9 x 8 metros.

El Atelier Van Wengerden se encargó pues de una de estas construcciones y siguiendo los rigurosos límites fijados creó la Rebel House que podemos ver en estas imágenes. Llama poderosamente la atención la pureza y sencillez de líneas y los ángulos que presentan las paredes que hacen que la planta de la vivienda tenga forma de mariposa. Esta forma no es caprichosa sino todo lo contrario ya que resulta muy práctica para atrapar toda la luz exterior que se pueda ya que las paredes en ángulo corresponden a las fachadas este y oeste de la vivienda.

En el interior sigue el estoicismo del exterior pero en un material más cálido, la madera. Las paredes interiores están forradas con el mismo tipo de madera con la que se han realizado las estanterías y armarios de la cocina. El suelo de cemento pulido remata la sencillez del conjunto.

El exterior está recubierto de chapa de aluminio corrugado en acabado pulido y tres grandes ventanales permiten una buena entrada de luz natural a la vivienda. Complementada con algunas ventanas más de menor tamaño en los laterales. El aspecto es de una gran sobriedad pero la combinación de materiales permite una construcción práctica, sostenible y económica.

Un gran cubo central de madera alberga el cuarto de baño, armarios y guardarropas e incluso una cama para los invitados. Cuenta además con una puerta corredera que permite separar la zona de dormitorio de la zona de estar. Unas puertas ocultas permiten abrir la casa al exterior en verano.

Una pieza triangular del mismo estilo que la casa pero situada en una esquina del jardín sirve como pequeño garaje para bicicletas y trastero.

Fotos: archdaily.com

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