Una cocina abierta y con zonas claramente diferenciadas para las distintas funciones y trabajos que hoy día realizamos en ella es un sueño que está al alcance de cualquiera. Las cocinas ya no son sólo para cocinar, en la actualidad pasamos mucho tiempo en ella y en ocasiones es el único sitio donde estamos toda la familia junta a la vez.

Pero claro para ello y para sacarle todo el partido hemos de contar con espacios bien diferenciados en la cocina. Piensa que ya no sólo vas a cortar y picar verduras, preparar la comida y servirla en el comedor. Es que además la familia va a comer y pasar incluso algún rato de ocio en ella.

Reservaremos los espacios necesarios para cada actividad. La principal, cocinar, debe tener reservada las mejores condiciones y cumplir la ley del triángulo de trabajo de la cocina. Zona de cocción, zona de almacenamiento y zona de lavado deben quedar a una distancia que permita trabajar con comodidad, sin grandes desplazamientos.

Si disponemos de ventana en la cocina es el lugar ideal para el fregadero. Lavar los platos mientras observas el mundo a través de tu ventana es una experiencia muy especial.

Contar con una isla es fantástico, el espacio de trabajo se multiplica y si es como la de la foto que cuenta con grifo mejor. Podemos preparar la comida realmente en familia contando con toda la ayuda disponible.

Tampoco está de más reservar un pequeño espacio para tomar una bebida o un aperitivo, así la parte de la familia que no está cocinando no molestará a la que sí lo está haciendo.

Un espacio dedicado a otras tareas, revisar las facturas, estudiar o trabajar puede incluirse perfectamente en la cocina o como en este caso en un anexo cercano.

Y por supuesto tener una zona de comedor para que la familia realice las comidas del día en la misma cocina. Supone un gran ahorro en tiempo y dinero pues el resto de la casa se puede mantener mejor si comemos en la cocina y no ensuciamos otra estancia.

Fotos: bhg.com

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