Camilla sentía que su apartamento había ido acumulando demasiados objetos y muebles con lo que la decoración había ido perdiendo su sentido original. Este suceso es bastante más habitual de lo que creemos, nos mudamos o renovamos la decoración de nuestra casa; y con el tiempo vamos sumando pequeños elementos que desvirtúan la esencia de la idea original que inspiró la decoración de la casa.

La propietaria de este apartamento optó por una decisión radical, renovar toda la decoración de la casa. Optó por seguir un nuevo hilo argumental en la nueva decoración.

Aunque la decoración se mantiene dentro del ya clásico minimalismo vemos que entre el blanco y el negro se han introducido una gama de grises. La verdad es que si no fuera por algunos detalles en color, pocos por cierto, pensaríamos que estamos viendo fotografías hechas en blanco y negro.

Toques vintage, industrial e incluso cottage, como la cornamenta de cérvido colgada en la pared otorgan una personalidad ecléctica a este apartamento.

Cojines, muchos cojines con fundas de tela con diseños gráficos y fotográficos pero siempre en una misma gama de color. Variedad sin estridencia podría ser la definición de la consigna principal de esta opción decorativa.

El blanco sigue siendo fundamental, la base neutra sobre la que poder dar pinceladas de color, el lienzo sobre el que trazar las líneas maestras del trabajo decorativo.

Unas sillas en negro y metal para la mesa del comedor, muy en la tendencia actual de volver la mirada a las décadas de la primera mitad del siglo XX y su pasión por lo industrial, recubiertas con pieles de oveja. La mesa de pie central metálico y el sobre en melamina blanca.

Vía: planete-deco

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