En las estribaciones de las montañas Yatsugatake, el estudio de arquitectura MDS  ha creado este refugio rural al sur. Según cuenta la leyenda Yatsugatake era más alto que el monte Fuji pero éste se levantó y derribó a Yatsugatake rompiéndolo en varias montañas de menor altura. La leyenda no se aleja en exceso de la verdad, estas montañas son más antiguas que el monte Fuji y por ello han sufrido el paso del tiempo y los elementos que lo han ido erosionando.

La planta de la villa Yatsugatake, que toma su nombre de las cercanas montañas, tiene forma de abanico con grandes ventanales y aberturas en las paredes de la sala de estar, el comedor y el dormitorio principal.


El diseño en abanico y la orientación sur implican que incluso en invierno entre a la casa un raudal de luz solar que ayuda a aliviar los fríos inviernos de esta región de Japón. «No importa la hora del día, siempre hay algún lugar de la casa donde sentarse a tomar el sol.» Dicen los arquitectos Kiyotoshi Mori y Natsuko Kawamura.


Dos terrazas estrechas alinear recorren el borde de la fachada sur y están parcialmente protegidas bajo el borde saliente del tejado. La casa con sus suelos y techos de madera es un reducto de calidez enmedio de este espacio natural que soporta unos duros inviernos. A pesar de su diseño moderno la casa recuerda constantemente sus orígenes culturales. La escalera de madera comunica los espacios de vida común de la planta baja con el dormitorio y sala de estudio situados en el primer piso.


Un lugar encantador, cálido y acogedor donde poder vivir cómodamente sin perder la perspectiva de la naturaleza, situada ahí mismo al alcance de la mano. A pesar de su carácter protector, la casa está abierta totalmente al entorno natural. Un maravilloso lugar para descansar, pensar y liberarse del mundo artificial.

Fotos: dezeen.com

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