Esta renovación diseñada por el arquitecto Michaël Menuet transformó esta oficina situada en Marsella en un entorno de espacio abierto, pero con puestos de trabajo individualizados. Los materiales usados para la remodelación son sencillos y de líneas claras. Sobre todo resalta la utilización de maderas naturales en tonos claros.
Los colores claros de la madera, tanto en el suelo como en el techo así como en los escritorios llenan casi todo el espacio. El resto lo ocupa todo el color blanco salpicado por unas pequeñas notas de verde en algunos muebles y complementos. Con este uso de los tonos neutros se consigue un espacio de trabajo relajado y muy luminoso.
El espacio único no impide que cada trabajador tenga asegurada su privacidad. Los lugares de trabajo quedan delimitados por paneles verticales que aseguran la privacidad sin aislar a los trabajadores, que pueden realizar su labor en un espacio único que fomenta la camaradería.
Entre la zona de trabajo y la sala de reuniones se encuentra una pequeña cocina donde los trabajadores pueden prepararse un café o un pequeño refrigerio.
La pequeña sala de reuniones está decorada en el estilo general de la oficina. Sólo las sillas Eames en color verde marcan la diferencia. El techo de tablas de madera ayuda con su diseño a que la transmisión del sonido se produzca correctamente sin reverberaciones. Al tiempo que da sensación de naturalidad y oculta los siempre horribles tubos fluorescentes.
Un lugar muy agradable para trabajar donde la luz y la pureza de las líneas crean un entorno de trabajo muy interesante. Cada puesto de trabajo cuenta con gran espacio de almacenamiento integrado en el conjunto de la decoración.
No hay que olvidar que un buen entorno de trabajo ayuda a mejorar la productividad y con el diseño de esta oficina el arquitecto ha satisfecho dicho objetivo.
Fotos: design-milk.com