El estudio de arquitectura Alex Cochrane ha creado un espacio para los compradores en los grandes almacenes Selfridges, en Londres, donde pueden encontrar paz y tranquilidad en medio del bullicio. Los arquitectos se inspiraron para ello en la sala de silencio que ya creara el fundador de estos grandes almacenes, Gordon Selfridges, cuando abrió su primer local en 1909.

«Gordon Selfridge hizo una sala de silencio hace muchos años y por desgracia no hay ningún registro del aspecto que tenía entonces dicha habitación, así que hicimos nuestra propia versión.» dijo Alex Cochrane.



La sala situada al lado de la cafetería y entre dos ascensores no pretende ser una burbuja libre de ruido sino un espacio donde los compradores puedan bajar la voz y tomarse un tiempo para relajarse.


A pesar del ruido de fondo, o gracias a él, la gente puede sentir con más intensidad el silencio de la sala por el efecto del contraste entre el ruido de la zona comercial y el silencio de la sala.


El visitante entra por un pasillo oscuro que rodea a la sala, se descalza y luego encuentra un espacio recubierto de fieltro color crema en su totalidad, paredes, suelos y las bancadas para sentarse o tumbarse. El fieltro ayuda a amortiguar el ruido y además es una superficie cálida y suave al tacto. El techo de la sala se ha mantenido con los conductos al aire pero pintados de color negro para amortiguar su presencia sin disimularla.


La gente puede meditar, dormir e incluso rezar en este agradable espacio de silencio. La iluminación led se ha dispuesto por debajo de los bancos para que resulte una iluminación tenue y relajante. Este proyecto se enmarca dentro de la campaña No Ruido que los almacenes Selfridges llevan a cabo con la venta de ediciones limitadas de productos de marca que lucen una etiqueta en blanco, aunque sean fácilmente reconocibles por sus envases clásicos.

Fotos: www.dezeen.com

Te puede interesar: