Un dilema recurrente ¿belleza o pragmatismo?

Cuando decoramos nuestra casa siempre nos asalta la eterna duda ¿decantarnos por las soluciones más estéticas o por las más prácticas? Esteticismo o pragmatismo, ese es el dilema. Suena muy filosófico pero es así. Todos soñamos con que nuestra casa luzca como las que vemos en las revistas de decoración. Pero siempre se impone un compromiso entre ambos extremos de la cuestión. ¿Cuánto ceder de una parte y de otra para obtener la justa combinación? Esa es la cuestión trascendental a la que intentaremos dar respuesta.

La estética es fundamental, cuando una solución decorativa no nos gusta es definitivo. No se trata de cargar con muebles y diseños que no nos dicen nada sólo porque son prácticos. Hemos de encontrar un punto medio, un compromiso entre lo bello y lo práctico.

Hay partes en una decoración en las que podemos elegir distintas soluciones para cubrir una misma necesidad, el recubrimiento del suelo es un buen ejemplo. Puede resultar más bello el uso de la madera para recubrir el suelo pero hay estancias donde no va a resultar práctico en absoluto, el cuarto de baño es el ejemplo más extremo. Hay que sopesar muy bien los pros y las contras cuando tengamos que elegir un material u otro.

Además tengamos en cuenta que la belleza está en la mirada del observador, lo que a una persona le parece bellísimo a otra le puede parecer horrendo. Influyen además muchos factores y no es el menor el factor climático, un suelo de cerámica o piedra no será lo mismo en un lugar cálido que en uno frío. El componente de confortabilidad también es un factor muy importante a la hora de tomar decisiones decorativas.

Otro ejemplo lo tenemos en los sofás y demás muebles de descanso, aquí sí que es importante encontrar el punto de intersección entre pragmatismo, en este caso confort, y diseño estético. Un sofá incómodo será un suplicio que ninguna maravilla estética aliviará.

En definitiva la solución ideal será siempre exclusivamente particular, cada cual debe encontrar el punto exacto donde deba fijarse el fiel de la balanza entre las dos pesas que representan la estética y el pragmatismo. Nadie puede evitarnos tomar nuestra propia decisión.

Fotos: uuldesign

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