Cocinas nórdicas con notas de color

El blanco es el color más destacado dentro del estilo nórdico. Con él se construyen espacios luminosos y se consigue potenciar la idea de amplitud. Espacios inspirados y armoniosos a los que no les va nada mal que les pongamos unas notas de color para alegrarlos.

La mejor fórmula es dar esas pinceladas cromáticas valiéndonos de los pequeños accesorios que merodean por una cocina. Un trapo de limpieza, platos, una maceta en un rincón, plantas, un taburete o la pantalla de una lámpara son algunos ejemplos que podemos usar para llenar de colores vivos este espacio de la casa.

Gracias a esta mezcla que superpone colores a una base neutra llenaremos de luz un espacio tan transitado de la vivienda como es éste. También podemos potenciar contrastes de blanco y negro, o blanco y otro único color (rojo, azul, verde) para conseguir atmósferas más frescas y equilibradas.


El uso de tonos pastel, especialmente el azul en su gama más suave, suele ser uno de los más recurrentes para alegrar estos espacios. Si, además, se combina con superficies de madera, el resultado es tan elegante como mágico.

En definitiva, usando estas pinceladas coloridas daremos alegría a estos ambientes, potenciaremos la entrada de luz y tendremos una cocina acogedora donde disfrutar de cualquier actividad en ella.

Fotos: freshome.com

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