Encontrar el equilibrio perfecto cuando estás decorando un apartamento es muy difícil, especialmente cuando además quieres mezclar dos o más estilos. Pero siempre hay un camino, a veces la simplicidad es la clave. Otras veces sólo tienes que encontrar los elementos adecuados para combinar.
En el caso de este apartamento se ha basado su decoración en el estilo nórdico donde el blanco es la base y se le han añadido toques en oro para conseguir un estilo más elegante y glamuroso.
Se trata de un espacio abierto donde la cocina, el comedor y la sala de estar se encuentran en la misma área. La cocina totalmente blanca es básicamente funcional, conforme nos desplazamos al living se han ido añadiendo toques de color y sofisticación.
La lámpara en cobre brillante se convierte en el punto focal del living donde combina muy bien con los tonos marrones del sofá de cuero y el buró de madera. La pieza en color verde flúor que decora la pared del fondo añde un toque de contraste.
Toda la estancia recibe una gran cantidad de luz natural gracias a las numerosas ventanas, con su efecto hace destacar el espacio y los detalles.
La mesa de comedor se encuentra en el medio de la cocina, se puede usar como isla y con su color negro contrasta con el blanco absoluto de la cocina.
El living es un espacio decorado de forma ecléctica con muebles y objetos decorativos de distintas épocas pero con piezas de los grandes diseñadores de cada una de ellas.
Los detalles se han cuidado sobremanera, son esos pequeños y muy meditados detalles los que consiguen que una decoración se salga de la media.
La habitación tiene un diseño muy simple basado en el blanco con algún toque de gris pero añadiéndole un amarillo dorado para darle un toque distinto y exclusivo.
El dormitorio cuenta también con un pequeño balcón que no se ha querido desaprovechar para crear una pequeña y particular zona al aire libre.