A la hora de pintar un techo, las cosas pueden tornarse un poco más complicadas que cuando pasas la brocha por una pared. Por ello, en esta ocasión compartiré contigo algunos de los errores que no querrás cometer al pintar un techo.
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Un acabado brillante puede verse increíble en la pared de un departamento. Pero, si se trata del techo, cuanto menos reflejo mejor. Utiliza una pintura para techo mate, dado que cualquier indicio de brillo podría ser reflejado por la luz, resaltando cualquier defecto, manchas de agua, juntas mal selladas, grietas en el yeso, etcétera.
Si bien puede parecer un consejo bastante obvio, una de las claves para pintar un techo es protegerse con un protector ocular adecuado, porque los ojos son especialmente vulnerables. Ahórrate el enjuague de emergencia y protégete.
Antes de empezar a trabajar con tu pincel, detecta las grietas en tu techo o consulta con un profesional. Aunque son comunes en los techos de yeso viejos, repararlos puede ser todo un gran desafío. Los pintores profesionales podrían ayudarte a descartar problemas importantes y aconsejarte sobre parchar o reemplazar en todo caso para obtener el acabado que estás buscando.
A la hora de pintar una habitación, tendrás que despejarla por completo. Cambia los muebles de habitación o agrúpalos en el centro y tápalos con un plástico cubre todo. También tendrás que proteger el piso con papel periódico, ya que el plástico protector se rompe fácilmente y, además, es más fácil resbalar. Si el suelo es laminado o tienes tarimas de madera, pon papel protector hidrófugo o cartón compactado de mayo densidad y resistencia a pisadas, golpes y roces. Tampoco te olvides de proteger marcos, molduras y rodapiés con papel.
Otro de los errores que no querrás cometer al pintar un techo es olvidarte de proteger tus enchufes y todos los pequeños elementos que se encuentren en las paredes. Para ellos, la mejor opción será emplear cinta de carrocero.