Este vistoso apartamento de 92 metros cuadrados está decorado en estilo escandinavo clásico y es lo suficientemente amplio y luminoso como para constituir un refugio perfecto para sus inquilinos.
Los grandes ventanales permiten la entrada de luz a todos los rincones de esta vivienda. Sus altos techos, de más de tres metros, amplifican la sensación de volumen. El blanco del estilo nórdico también favorece la iluminación interior, y destaca sobre un mobiliario básico, perfecto en su sencillez. Se suman numerosos detalles en negro y algunos en amarillo que, superpuestos a la madera entarimada del suelo, crean un interior acogedor y hospitalario.
La cocina, dispuesta de forma rectangular y con equipamiento a ambos lados, es también muy espaciosa. Está decorada en blanco y en madera, los elementos clásicos que no pueden faltar en todo apartamento de corte escandinavo.
En el nivel inferior se puede apreciar el ladrillo rojo visto y el techo con vigas de madera, que le da un aire rústico muy apropiado. La pequeña bóveda es perfecta y encuadra un ambiente hogareño rodeado por cuadros y pinturas. También abovedado y en la planta de abajo se presenta el dormitorio principal, amueblado con una cama alta, un comodísimo sillón para la lectura y un gran espejo enclavado en la pared. La mullida alfombra invita a descalzarse. La sencillez de la decoración aumenta el efecto se confort. Sin duda este es un apartamento donde se ha sabido aprovechar al máximo el espacio habitable, creando rincones encantadores, de esos que tanto nos gustan.
Fotos: homedesign9.com