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Tarima sintética o madera natural: cuál es la mejor elección

Hay quienes piensan que el adjetivo “sintético” que acompaña a este tipo de tarimas hace alusión al hecho de que no estén fabricadas en madera. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Las tarimas sintéticas están elaboradas a base de derivados de madera y su carácter sintético se refiere más bien a la capa superior del pavimento que queda a la vista.


Y es que las tarimas sintéticas, como las que podemos ver en la web de IPE Maderas, están hechas precisamente de varias capas que poseen entre 6 y 12 milímetros de grosor.

Estas capas serían las siguientes:

  • Capa de equilibrio: capa inferior que sirve para estabilizar el pavimento y protegerlo de la humedad
  • Capa compuesta de un tablero de fibra de alta densidad (HDF)
  • Capa de papel decorado: contiene el diseño de la tarima que quedará a la vista
  • Capa overlay: capa superior que sirve para proteger contra el desgaste y que puede presentar una mayor o menor resistencia

Hay que señalar también la presencia de una capa de espuma aislante, situada entre la tarima y el subsuelo, y que sirve para el aislamiento térmico y acústico del suelo.

Tarima sintética vs tarima de madera natural

La elección entre una tarima sintética y una de madera natural dependerá en buena medida de cada caso. Los gustos de cada uno pueden hacer decantarnos por un tipo u otro, aunque por lo general en cuestiones de estética son mayoría los clientes que prefieren la madera natural por la elegancia y calidez de este material.

No obstante, en los últimos años las tarimas sintéticas han experimentando un notable avance en este sentido. El mercado actual nos ofrece una selección de tarimas de este tipo con un aspecto muy similar a la madera natural. La variedad de colores, formatos y modelos ha crecido hasta el punto de resultar muy difícil distinguir entre lo sintético y lo natural.

Factor económico

Quizás el factor determinante a la hora de elegir un tipo u otro de tarima sea el económico. La madera natural tiene un coste inicial superior al precio de la tarima sintética. Un hecho que, sin embargo, no repercute en una calidad mayor o inferior, gracias sobre todo a la enorme variedad de modelos de tarimas sintéticas.

Mantenimiento y resistencia

A su vez, el mantenimiento de la tarima de madera natural requiere de una mayor atención, ya que es probable que deba acuchillarse cada cinco o diez años para mantener el aspecto del primer día. La tarima sintética, por su parte, habrá de cambiarse en caso de que se estropee, a pesar de que suelen tener una larga vida útil.

Por último, habría que hablar de la dureza de ambos tipos de tarima. La madera natural sufre más el desgaste del tránsito de personas y el paso del tiempo. De ahí que, por regla general, si en casa hay niños o animales o en el edificio un enorme trasiego de personas, lo mejor es optar por instalar una tarima sintética, capaz de poseer una mayor resistencia a estos factores.

En realidad, son varias las circunstancias a tener en cuenta a la hora de valorar la posibilidad de colocar una tarima de madera natural o una tarima sintética. Sin embargo, creemos que los factores estéticos, económicos y de durabilidad son los más destacados.

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